Cinépolis actualizó su logo y el cambio no fue bien recibido
Cinépolis fue fundada en México en 1971 y es la cuarta cadena de cines más grande del mundo en cuanto a número de salas (718 complejos cinematográficos) y la segunda en términos de asistentes (338 millones de asistentes anuales en 17 países). Hace unos días, la compañía presentó su nueva imagen, aunque se desconoce si lo hizo con la ayuda de alguna consultora de marca.
Como en muchos otros proyectos de rebranding recientes, la digitalización de la compañía se convierte en la principal razón que impulsa el cambio de imagen. Cinépolis está reforzando la digitalización de las compras y la experiencia dentro y fuera de sus complejos (instalando, por ejemplo, nuevos kioskos o áreas para adquirir las entradas).
La nueva imagen pretende acompañar esta nueva etapa de la compañía, con formas más básicas y versátiles que adquieren movimiento, texturas y efectos.
Una cosa que incomoda bastante de algunos de estos rebrandings radicales es lo poco que se esfuerzan en explicarnos el cambio. Apenas hay información al respecto, y creo que esto genera una sensación de rechazo por parte del consumidor, que no comprende el cambio ni lo percibe como necesario o acertado.
Es cierto que los cines de ahora no son los cines de antes y que, para empezar, ya no se utilizan los rollos de película que veíamos en el anterior logo. Aún así, cinco tiras de película que producen una estrella en el espacio negativo son una especie de droga, en un logo de la vieja escuela, pero sí, un concepto bastante anticuado ahora, especialmente cuando Cinépolis crece de una manera tan demente.
Como en muchos otros proyectos de rebranding recientes, la digitalización de la compañía se convierte en la principal razón que impulsa el cambio de imagen. Cinépolis está reforzando la digitalización de las compras y la experiencia dentro y fuera de sus complejos (instalando, por ejemplo, nuevos kioskos o áreas para adquirir las entradas).
La nueva imagen pretende acompañar esta nueva etapa de la compañía, con formas más básicas y versátiles que adquieren movimiento, texturas y efectos.
Detalles del logotipo unificado con la "C" la cual se usará como icono.
En redes sociales se pueden leer varios comentarios de los seguidores de la marca a quienes no les agrada el nuevo logo, esto debido al efecto nostálgico de un diseño que llevaba muchos años. Otro de los argumentos es que la letra "C" destacando por encima del wordmark es una técnica que podemos encontrar en diferentes empresas de entretenimiento como por ejemplo Cinecanal, este detalle resta originalidad según algunos usuarios.
Detalles del nuevo isotipo.
Una cosa que incomoda bastante de algunos de estos rebrandings radicales es lo poco que se esfuerzan en explicarnos el cambio. Apenas hay información al respecto, y creo que esto genera una sensación de rechazo por parte del consumidor, que no comprende el cambio ni lo percibe como necesario o acertado.
Es cierto que los cines de ahora no son los cines de antes y que, para empezar, ya no se utilizan los rollos de película que veíamos en el anterior logo. Aún así, cinco tiras de película que producen una estrella en el espacio negativo son una especie de droga, en un logo de la vieja escuela, pero sí, un concepto bastante anticuado ahora, especialmente cuando Cinépolis crece de una manera tan demente.
Muchas animaciones creadas en base a si icono.
En ese sentido me parece bien que se deseche un símbolo obsoleto del diseño, pero creo que el nuevo logo peca de insulso. Soy consciente de que hay logos meramente tipográficos que funcionan muy bien, pero en este caso, este pequeño corte en la "C" es aburridísimo y genérico y más para una marca como Cinépolis.
Probablemente sea necesario para que se ajuste a tantos mercados como sea posible. No lo estoy defendiendo, y me gustaría que fuera un logo más interesante, pero puedo ver el beneficio de ser lo que es. La "C" está destinada a ser una proyección, supongo que está "bien".
Algunas muestras recogidas de instalaciones con la nueva marca.
En algunos elogios extraños, me gusta el acento sobre la "e" pero en realidad no tiene ninguna relación con ninguna otra cosa. Cuando el monograma y la marca de palabra se usan juntos, parece realmente poco convincente, ya que la inicial del nombre simplemente se repite.
Las animaciones me dan cuenta de que pueden usarse para adaptarse a diferentes géneros o temporadas de películas, pero son una flexibilidad en todas las direcciones posibles y no tienen ningún tipo de premisa cohesiva conceptual o gráfica para unirlas. En general, un rediseño fino pero algo triste.
Diseñado por: N/A
